Tengo la sensación de que se confunde la creatividad con lo artístico o artesano. Toda creatividad «no artística» se considera «innovación». Trampas del lenguaje. Asumimos la creatividad con la imaginación, y la imaginación con la infancia. Pero no va por ahí. Voy a reunir 7 técnicas para fomentar la creatividad en adultos.
La creatividad infantil es más desinhibida. Tiene menos filtros, tanto sociales como lógicos. Pero la creatividad en adultos permite combinar la lógica reflexiva y la experiencia, lo que hace que las ideas creativas sean, además, útiles, sociales.
Las mejores ideas surgen al no ponernos límites preconcebidos, ni en rango ni en metodología. Por eso rechazo la idea de pensar dentro o fuera de la caja. Ambos pensamientos deben combinarse, colaborar.
¿Quieres saber cómo ser más creativo?¿Quieres desarrollar creatividad en la vida adulta?
Técnicas para fomentar la creatividad en adultos
Practicar el pensamiento lateral
El pensamiento lateral es un patrón de técnicas recopilado por Edward de Bono que intentan enfocar los problemas desde perspectivas distintas a la habitual. Se suele considerar como «pensar fuera de la caja»: discrepo. Mira:
El método consiste de cuatro pilares:
- Comprobar las suposiciones:
Empezamos por lo difícil. Mantener la mente abierta, detectar prejuicios, suposiciones y desconfiar de ellas.
- Hacer las preguntas correctas:
El espíritu de este blog, hacer preguntas. No busques la solución, busca las preguntas que te llevarán a ella. Habitualmente esas preguntas irán hacia los prejuicios anteriores. Lo que «se suponía», se cuestiona. ¿No es una bella imagen de progreso?
- Llamar a la creatividad:
Ya has hecho lo más difícil. Ahora date permiso a seguir explorando esa vía que acabas de descubrir.
- Pensar lógicamente:
Para que la respuesta encaje, debe converger. ¿Ves? lo de la caja es absurdo. No hay caja. Lo que hay son distintos caminos para llegar.
Si quieres utilizar el pensamiento lateral para fomentar la creatividad tendrás que mezclar, constantemente, pensamiento divergente y convergente. No están tan alejados, si es que no son lo mismo, con distinta metodología.
Haz cosas poco habituales
El consejo habitual suele ser encontrar nuevas aficiones. Es parte de hacer cosas poco habituales. La lógica detrás de empezar una nueva afición es que la rutina limita la capacidad creativa, y por eso sería aconsejable buscar nuevos hobbies para desarrollar la creatividad.
Sin embargo, la rutina es una optimización cerebral. Los mecanismos rutinarios usan circuitos neuronales más directos. Se hacen de forma más eficiente y rápida. Liberan capacidad. Por tanto, a mi modo de ver, no es tanto que la rutina mate la creatividad, como que es necesario utilizar los recursos liberados. Si no se usan, se atrofian.
Piensa en el cerebro como un músculo. Hay que entrenarlo. Las actividades rutinarias serían equivalentes a una actividad física poco exigente. Necesitas ejercicio de verdad.
El nivel de hábito indicaría la intensidad del «músculo cerebro». ¿Y por qué digo cualquier cosa no habitual, en lugar de nuevas aficiones? Primero, porque la nueva afición, tras un periodo determinado, se volverá una nueva rutina. Y segundo, porque hay una excusa habitual y potente ante eso: la falta de tiempo.
Sin embargo, la falta de tiempo o de ideas no es un contratiempo para lavarte los dientes con la mano «torpe». Cambiar la ruta al trabajo. O subir las escaleras de dos en dos.
Esas actividades extrañas fuerzan al sistema nervioso a crear nuevas conexiones. Crear es lo contrario de atrofiar. Con mayor conectividad, las ideas tienen más caminos para transitar.
Es una forma de trabajar el «músculo cerebro». Cuando algo poco habitual se convierte en rutina… hay que buscar novedades.
Tiempo exclusivo
Decía falta de tiempo.
A ver, me levanto entre las 5 o las 6 de la mañana a diario para poder realizar este proyecto. Sé lo que es el agua al cuello.
Y sin embargo, quien no tiene tiempo, tiene excusas. O tiene hijos.
El caso es que reservar tiempo es infalible. Bloquear media hora diaria para escribir, dibujar, pensar o divagar sin distracciones.
No hace falta que lo que se haga cumpla ningún objetivo, más allá de hacerse. Es probable que, poco a poco, adquiera un propósito determinado. ¿Por qué? Porque en el simple hecho de practicar sin rumbo, se rompe el bloqueo. Se crea inercia. Y de paso, media hora de oportunidad diaria.
Pruébalo. Crea bloques de tiempo para ser más creativo, libres de interrupciones tecnológicas. Mientras todos duermen es mejor.
Los seis sombreros
De nuevo Edward de Bono. Y la perspectiva. Lo que vemos depende del punto desde el que lo hacemos. Piensa en tomar una fotografía: debes moverte, desplazarte por la escena para encontrar el mejor ángulo, las mejores sombras.
¿A que te has disfrazado y, sin otro motivo, te comportabas de otra forma? Te metías en el personaje.
No necesitas conocer a Edward de Bono para hacer esta técnica o algo similar; con tener empatía puede ser suficiente.
De Bono define seis sombreros y a cada uno corresponde un rol: objetividad y hechos concretos, intuición, ideas «creativas», riesgos, optimismo, control. La idea es hacer esto en una dinámica de grupo.
Particularmente no sigo este método, pero funciono de forma similar: ante situaciones complejas voy cambiando mi ubicación relativa, tratando de encontrar los espacios de solución.
Da resultado. Si no lo haces habitualmente o te cuesta, la técnica te da una pauta sencilla.
Los cinco «por qué»
¿No tienes tiempo para practicar los pasos del pensamiento lateral? Quédate sólo con hacerte preguntas. Llámalo cuestionamiento creativo para adultos. O no.
Preguntarte sobre cualquier asunto cotidiano como si fueras un niño de cinco años es una manera de fomentar la creatividad en adultos, ya que fuerza a cuestionar lo evidente y genera nuevas perspectivas. «Por qué» o «qué pasaría sí» son recursos de gran potencia si transitas varias capas, una tras otra.
La mente colmena
¿Quieres una herramienta poderosa? Utiliza la colaboración para fomentar la creatividad. Ya sabes: 2+2=5.
Si eres capaz de escuchar y aprender, vas a tener muchos más sombreros que los seis de de Bono. Somos la especie que somos porque en algún resquicio del laberinto que es la evolución, tomamos la socialización como estrategia.
Escuchar te aportará innumerables perspectivas, te sacará de tu entorno inmediato y te ayudará a ver soluciones que jamás encontrarías a solas. ¿Te duele el ego? Lo siento, no era mi intención.
Los mapas mentales
Sherlock entra en su palacio y encuentra cada uno de los datos que necesita. Noam Chomsky recuerda detalles inverosímiles, el nombre y rostro de miles de personas a las que ha visto una sola vez. Descubrió, adulto y sorprendido, que no todos memorizamos así. Pero hay muchas personas con altas capacidades que memorizan así.
No, yo no.
Pero que yo conociese las tres circunstancias del párrafo anterior con relativa poca distancia temporal, hizo que me interesase por los mapas mentales. Y que me entusiasmara al comprobar que pueden trabajarse.
A grandes rasgos, es una regla mnemotécnica, el número de conceptos a recordar son habitaciones, y en cada habitación hay un objeto que corresponde a un dato. Ahí está el templo, pero puedes ampliar a mapa.
Y versiones de esto, como regla mnemotécnica o como chuleta, las hemos usado casi todos en nuestros estudios: acrónimos, motes, rimas…
¿Sirven los mapas mentales para desarrollar creatividad en adultos?
Claro: la creatividad, a menudo, se trata de unir dos ideas que estaban conceptualmente alejadas hasta entonces. Cuantas más ideas recuerdes, más posibilidades hay de que conectes dos que, unidas, resulten una novedad.
Conclusión: la creatividad no tiene edad
Revisemos: de las siete técnicas, tres son realmente poner a la lógica a funcionar, una es entrenar la memoria, otra simplemente abrir la mente y las orejas… a simple vista parece que lo que consideramos inteligencia y creatividad están más ligadas de lo que tendemos a creer.
Lo que pasa es que hay factores inhibidores ante la novedad: nos acostumbramos a la autocensura y a descartar aquellas ideas que se alejan de la norma.
En el sentido contrario, parece que ser creativo consiste en decir la barbaridad más grande, o realizar el acto más insensato. Sin embargo, la creatividad bien entendida tiene un propósito.
Ese es el filtro lógico, reflexivo, que cualquier idea debe superar. Solo si resuelve el problema, si nos acerca al objetivo (sea cual sea, técnico o artístico), es realmente creatividad.
Me dejaba un último truco: permitirse el error.
Solo ambientes con una determinada tolerancia al error evitan la inhibición ante la innovación. Si no se permite el error se fomenta hacer solo aquello cuyo éxito está asegurado.
La creatividad es cuestión de talento, sí, y también de entrenamiento. Pero sobre todo, de contexto. Si se permite o no un cierto nivel de desinhibición; si se tolera el fracaso…
Teniendo en cuenta que las capacidades que componen la inteligencia parecen estar compartidas por la creatividad, ambos conceptos han de transitar solidarios. Y luego ya, actúa el entorno.
De momento: la creatividad es como un músculo, cuanto más la practiques, más fuerte se volverá.
¿Has probado alguna de estas técnicas? ¿Te animas a hacerlo? ¿Puedes añadir alguna o la eliminarías? probar alguna de estas técnicas? ¡Comparte en los comentarios o mándame un correo electrónico!
Por cierto, aquí también hablo sobre creatividad. Y aquí te cuento el propósito de «Divergencia creativa».
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